martes, 25 de junio de 2019

La Carta

El 1º de los cinco relatos

El hermano Rodrigo, tras una vida azarosa, se retiró a una tranquila abadía a pasar sus últimos años con sosiego y paz, en una congregación apartada del mundo.

Un día un desconocido mensajero entregó una carta al hermano Rodrigo. Los acontecimientos que se desataron tras ello, pusieron fin a la paz de la comunidad.

Ante la gravedad de lo ocurrido, el hermano Gonzalo, el abad, solicitó al obispo que le facilitara un traductor de lenguas extranjeras. Fue enviado fray Nuño, quien muy a su pesar, buen conocedor de su oficio, puso luz sobre el porqué de los acontecimientos que habían corrido en la abadía.



Estas son las primeras 10 líneas del relato:

- ¡¡Hermano Gonzalo!! ¡¡Hermano Gonzalo!! –gritaba un joven monje corriendo por el claustro hacia la capilla.
- ¿Qué sucede –preguntó el aludido, desde la puerta del templo- para qué tanto alboroto? –mientras tras él se arremolinaban varios hermanos alarmados por el griterío.
- ¡¡Hermano Gonzalo…!!
- ¡Calma! –le exigió-. ¿Qué sucede?
- Es el hermano Rodrigo… -dijo casi sin aliento, una vez detuvo su carrera ante él-, está muerto. Creo que está muerto…
- ¿Cómo? –exclamó el abad ante la alarma general.
- Al no venir a los oficios del alba –se explicaba el hermano Cortés, el descubridor del supuesto finado-, he ido a su celda por si le había sucedió algo, pues no es normal que el hermano Rodrigo falte, y me lo encontré en su lecho, con los hábitos, las manos sobre el pecho con los dedos entrelazados, los ojos cerrados y rostro sereno.
- No es posible –comentó su superior-, vamos para allá.



Nota: La imagen ha sido extraída de la web https://culturacientifica.com/2017/10/15/mujeres-hablan-ciencia-mujeres-hablan-arte/ de su articulo: Mujeres que hablan de Ciencia, mujeres que hablan de Arte


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